Bella se sintió angustiada y fue a un bar a beber. Al caer la noche, el bar estaba bullicioso.
Perfumes baratos y ropa reveladora llenaban todo el bar, sin faltar hombres y mujeres abrazados estrechamente, moviendo sus cuerpos al ritmo de la música bajo las luces estroboscópicas, bailando sensualmente. Todo el espacio tenía una sensación de ambigüedad barata.
Bella quería precisamente esa sensación.
En su juventud, ella también había sido muy rebelde, pero después se había ido conteniendo poco a poco.
Bajo las luces ardientes, se quitó la chaqueta y quedó solo con una camiseta sin mangas y una falda corta, moviendo seductoramente su cuerpo voluptuoso, coqueteando sutilmente con el hombre a su lado. Su cabello negro húmedo de sudor, cada vez que lo sacudía, atraía miradas indescriptibles de los hombres.
Gradualmente, el hombre la abrazó tentativamente, con la mirada más provocativa.
La mujer no se resistió.
Los dos bailaron juntos, poco a poco entrando en confianza, con una coordinación