Tenía muchas ganas, muchas ganas de hacerlo.
Su cuerpo había estado inactivo por más de dos años, ¿cómo no iba a querer?
Después de mirarla durante mucho tiempo, al final la razón prevaleció, porque Susana ya no era suya.
El hombre se dejó caer pesadamente a un lado, hundiéndose en la cama suave. Obviamente no había luces encendidas, pero se sentía deslumbrado, se cubrió los ojos con la mano.
Después de un buen rato, no pudo evitar voltearse otra vez para mirarla en silencio.
Ya no era suya.
La habitación estaba en silencio. Lucas no se fue, pero tampoco se quedó en el dormitorio principal.
Durmió en el sofá de la sala, no tomó una manta, con el clima de otoño profundo solo se cubrió con el abrigo ligno de lana, contemplando en silencio la noche oscura.
Hace un momento había dicho muchas incoherencias.
……
Al amanecer.
Susana despertó, aún llevaba el vestido de anoche, pero el abrigo había desaparecido.
—Había estado borracha.
Después, los recuerdos fragmentados de anoche regresaron. De