Capítulo 345
A Lucas lo consumía la determinación de superar a Álvaro.

Temprano por la mañana, Aitana dirigía la junta general del grupo. Pasaron cinco minutos de la hora y el lugar de Lucas seguía vacío.

Aitana miró hacia Damián:

—Ve a revisar el almacén.

Damián asintió, dispuesto a ser mandado por su esposa. En dos o tres minutos llegó al almacén y abrió la cerradura de huella digital. Adentro estaba silencioso, pero se escuchaba una respiración ligera.

Lucas probablemente estaba demasiado cansado, se había quedado dormido en el almacén, abrazando fuertemente ese robot llamado [Damián]. Lo abrazaba tan apretado que a Damián le dio escalofríos verlo.

El leve ruido no despertó a Lucas.

En sueños le daba órdenes al robot:

—Damián, ¿me extrañaste?

Damián le dio un puñetazo a Lucas:

—¡Ya qué horas son y sigues soñando! Y en el futuro deja de decirle cosas tan asquerosas a este robot, da escalofríos.

Hasta entonces Lucas despertó.

Se incorporó, con tres botones de la camisa desabrochados, con aspecto p
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