Capítulo 256
Aitana había dicho que quería quedar embarazada porque deseaban otro bebé.

Al igual que Mateo, Damián encontró redención en esas palabras. En ese momento, su corazón se ablandó completamente y sus ojos se llenaron de ternura.

Hacía mucho tiempo que no experimentaba esa sensación.

Probablemente porque al sentir que tenía un hogar, una nueva confianza se encendió en su interior.

En la habitación, Aitana terminó de arrullar a los niños hasta que se durmieron, se levantó con cuidado y regresó a su dormitorio.

Al girar, se sobresaltó visiblemente. ¿Damián había vuelto?

Damián dejó su equipaje, se quitó la gabardina con una mano y la colocó descuidadamente sobre la maleta, mientras se dirigía hacia el interior:

— Terminé los asuntos pendientes y, preocupado por los niños, regresé esta misma noche... Voy a verlos.

Aitana asintió y se recostó en el sofá, tomando un libro sobre crianza para hojearlo.

Después de un rato, sintió hormigueo en las pantorrillas, que ocasionalmente sufrían calambres.
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