Lucas rechinó los dientes: —Damián, ¿pretendes dominarme toda la vida?
Damián sonrió: —¿No fue voluntario? Primo, ¿quién vino a arrodillarse junto a mi cama de hospital, llorando y prometiendo servirme como un buey, dedicando su vida a Grupo Innovar? ¿Ya te has arrepentido?
Lucas apretó sus dientes blancos: —Está bien, iré a Puerto Real.
Cuando se marchó, Damián se sentía realmente bien.
Por un lado, tenía a sus dos hijos. Por otro, mantenía la esperanza de que Aitana no se interesara por Antonio, cuyas facciones más duras no encajaban con el gusto estético de ella.
Pensaba que con una rehabilitación intensiva, quizás no quedaría tan mal. Solo un poco menos atractivo.
Por la tarde, Damián debía inspeccionar un proyecto. Salió de la empresa acompañado por Milena, sin imaginar que se encontraría con Aitana y que su confianza recién construida quedaría completamente destrozada.
...
El sol otoñal brillaba intensamente.
Por la tarde, Aitana salió a comprar un regalo de cumpleaños para Dana.