POV JARETH
Sus palabras aún me dolían. ¿Por qué seguía aferrada a esa maldita idea? ¿Por qué se hacía daño si sabía lo que sentía? Podrá alejarme, pero jamás podrá negar ni borrar lo que siente por mí. La rabia me estaba destrozando. Hace un puto momento se dejaba llevar por mis caricias, se derretia como el hielo bajo fuego. Su cuerpo seguía sonrojado y ardiente, pero no podía seguir rogándole algo que los dos sentíamos.
—No te voy a alejar de tu hijo, puedes reconocerlo —murmuró, como si con eso creía que me hacía un put0 favor—. Pero solo eso. Quiero que pongamos reglas si me vas a proteger.
—Bien. Puedes decirme, acataré tus peticiones —respondí con firmeza. No la miraba a los ojos; si lo hacía, me olvidaría de que estábamos en un hospital y terminaría follándomela en esa cama.
—Lo primero, es que quiero que mi hermano también sea protegido. También lo quieren muerto y él se ha olvidado de sí mismo —enumeró. Me enfurecía que pensara más en él que en ella misma. Ese bastardo estab