7. Una mujer capaz de todo.
La hija del ministro recorría una de las boutiques más exclusivas de la ciudad con la seguridad de quien sabe que el mundo le pertenece. Caminaba con paso elegante, como si el suelo fuera un tapiz diseñado solo para ella. A cada movimiento, su largo cabello negro ondeaba con gracia, y su vestido de diseñador ceñía su esbelta figura, resaltando su porte distinguido. Amina no era solo una mujer adinerada, era la futura esposa del Gran Jeque, el hombre más rico de Zafirya y su destino estaba marcado por la grandeza.
Dentro de la boutique, los vendedores se apresuraban a atenderla, sabiendo que su capricho era ley. Examinaba las joyas con una mirada crítica, seleccionando solo las piezas más exclusivas. Para ella, el dinero no era un problema; más bien, el lujo era su derecho.
—Quiero este, aquel y también esos zapatitos finos —ordenó con un deje de impaciencia, señalando con su manicura impecable—. Y todos los vestidos que están en tendencia. No quiero que nadie más los tenga, solo yo.
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