Capítulo 87

Cuenta regresiva.

La mansión Herrera respiraba a través de sus muros como un animal cansado: pasos contenidos, voces medidas, una apariencia de normalidad que se rompía con un gesto mal dado.

El gran comedor, con sus cortinas pesadas y las lámparas de araña, fue el escenario elegido por Carlos para el primer golpe público dentro de la casa: una reunión cerrada con los directores del holding. Valeria llegó em representación a Adrián Martínez, su padre. Llevaba puesto un vestido sobrio y una sonrisa calculada; detrás de sus ojos, sin embargo, ardía una determinación como filo de navaja.

—Señores —comenzó Carlos, dejando que la sala se llenara con su voz—. No podemos permitir que una filtración organice el relato. Necesito nombres. Fuentes. Responsables.

Un silencio cortante respondió. Hombres y mujeres acostumbrados a tomar decisiones ahora desviaban la mirada, como quien evita mirar la herida que él señalaba.

Valeria se adelantó un paso, con la cortesía de quien acompasa