CAPÍTULO 55. La sangre pesa más que la ley.
Capítulo 55
La sangre pesa más que la ley.
El despacho de Adrián Martínez se alzaba en el piso veinticinco de la Torre Mercurio, dominando la ciudad entera con sus ventanales de cristal polarizados. Allí, entre diplomas enmarcados y estanterías repletas de volúmenes de derecho y economía, Isabela lo enfrentó cara a cara.
Él permanecía detrás del escritorio de caoba, erguido y bajo la coraza de su traje a medida, pero con un matiz en la mirada que ella nunca había visto: algo más allá de la frialdad calculadora, un atisbo de pesar.
—Hija —empezó Adrián con voz segada, como si cada palabra le costara—, no es ilegal crear oportunidades. Solo se vuelve delito cuando alguien lo llama así.
Isabela lo observó con los puños apretados a los lados, luchando contra el temblor de su voz:
—Firmaste la patente del Metatrexol‑E con tu nombre. Eso te vincula al Proyecto Némesis desde su origen. No me lo niegues.
Adrián suspiró, inclinando la cabeza. Una arruga entre sus cejas marcó la sinceridad de