CAPÍTULO 237. La verdad bajo tierra.
Capítulo 237
La verdad bajo tierra.
El silencio después del último golpe era tan denso que parecía tener peso. Isabela permaneció de rodillas sobre la placa metálica, con el corazón latiéndole tan fuerte que casi podía sentirlo contra el concreto. Pero el punto térmico en la tablet de Diego comenzó a debilitarse, moviéndose hacia un lado como si quien estuviera debajo hubiera perdido fuerzas… o se hubiera desplazado a otra zona.
—Se está alejando —dijo Diego, incrédulo—. O… algo se está moviendo allá abajo.
El equipo intercambió miradas tensas. Nadie quería pensar en la posibilidad de que Gabriel no hubiera sido el que golpeó, o que no hubiera sido el único ahí dentro. Pero no había tiempo para detenerse a especular.
Isabela se quedó unos segundos más, respirando hondo, obligándose a no quebrarse. Luego se levantó de golpe.
—Tenemos que encontrar una entrada. No voy a perderlo otra vez.
Lo dijo con tanta convicción que el equipo reanudó el avance sin cuestionarlo.
Avanzaron por el cor