Mundo ficciónIniciar sesiónEl silencio reinaba en Ashbourne cuando Eleanor cerró la puerta de su alcoba y se recostó contra ella, con el corazón aún agitado. La cena había terminado, pero las palabras que había escuchado en el salón privado seguían resonando en su mente como un eco imposible de acallar.
Convoy en Portsmouth… suministros secretos… Francia no debe enterarse.
Sabía, sin la menor duda, que aquella información no era un simple rumor. Era vital. Si Napoleón llegaba a conocerla, la flota inglesa quedaría en riesgo. Y ella, Eleanor Whitcombe, había sido testigo de esa conversación prohibida.
Se sentó frente al tocador, encendió la vela más cercana y respiró hondo. No podía guardar







