Mundo ficciónIniciar sesiónLa risa y el bullicio de la cena se apagaron lentamente en los pasillos de Ashbourne. Los invitados se retiraban satisfechos, comentando el anuncio de Lord Ashford como si fuese el acontecimiento más feliz de la temporada. Para todos ellos, la unión era un hecho consumado.
Pero en la alcoba de Eleanor, la verdad se desangraba en silencio.
Había cerrado la puerta con un golpe seco, y ahora permanecía de pie junto al tocador, todavía con el vestido de satén que apretaba su pecho como un grillete. Sus manos temblaban al desatar los lazos, incapaces de liberarse.
—Mi lady… —susurró Clara, entrando con cautela.
Eleanor se volvió hacia ella. El brillo de sus ojos no






