Mundo ficciónIniciar sesiónEl eco de las copas aún resonaba en el salón de Ashbourne, pero Lord Ashford, sin embargo, no perdió un solo instante en celebraciones vanas. Mientras los últimos invitados, con sus risas ebrias y sus susurros llenos de morbo, se retiraban hacia sus carruajes, él recorrió la larga galería de retratos con un paso firme y silencioso. La máscara del anfitrión cortés se había desvanecido de su rostro, dejando al descubierto la fría determinación de un estratega.
Sabía que había ganado la primera jugada, pero no la partida. Eleanor no había pronunciado una palabra durante el anuncio, ni una sonrisa de aquiescencia. Sus ojos, aquellos ojos verdes que tanto anhelaba poseer, habían lanzado un desafío mudo, una rebelión silenciosa que le abrasaba el orgullo. Y Ashford, hombre de orgullo herido, jamás toleraría semejante afrenta.
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