Al llegar a la casa, Noah revisó todos sus alrededores para así estar seguro de que se encontraban a salvo, cerró el portón de seguridad con un candado extra al igual que el del garaje, Isabelle tenía todo configurado para llegar a usar un poco más de seguridad, pero durante años nunca se dio la ocasión, así que al estar siempre preparada le sirvió de algo. Una vez adentro cerraron todo y subieron hasta la habitación de la CEO.
— Debes tranquilizarte Isabelle, todo estará bien — Noah se sentó a su lado acariciándole la espalda — Mientras yo esté contigo nada malo te va a pasar, ¿vale?
La chica sintiéndose un poco más segura dentro del confort de su casa asintió con su cabeza y dejó caerla en el hombro de Noah.
— Por un momento pensé que me pedirías ser tu novia — dijo sin mirarle a los ojos
— ¿Lo dices en serio? Pensé que ya éramos novios — Noah respondió sin titubear
— Lo seremos cuando me lo pidas formalmente — insistió Isabelle
— ¿Y qué somos ahora mismo?
— Yo tu jefa