¡Necesitas protección!

Noah se despertó cuando los rayos de sol atravesaron su ventana ya con las persianas abiertas, al girarse se encontró con esa parte de la cama ya arreglada y tendida, pensó por un momento que Sienna se había marchado, pero podía escuchar desde su habitación que en la cocina estaba alguien, intuyó que se trataba de ella así que se relajó un poco, levantó sus brazos para así estirar su cuerpo dejando escapar un suspiro de cansancio. Acto seguido se retiró las sábanas de encima y se puso de pie dirigiendo su mirada a través de las ventanas, las vistas desde su apartamento eran unas de las mejores de la ciudad, además de que tenía la grandiosa libertad de pararse allí totalmente desnudo que nadie podría quejarse por exhibicionismo de su parte. Se agachó y abrió uno de los compartimientos inferiores de su cama sacando un short para luego ponérselo y dirigirse a la cocina.

— Buenos días dormilón — dijo Sienna mientras movía el sartén en un vaivén haciendo saltar los huevos revueltos

— Buenos días señorita, pensé por un momento que te habías ido — manifestó este acercándose hasta la cocina y sentándose en uno de los taburetes altos

— Para nada, pensé que como me abandonas por unos meses lo mejor sería despedirte de la mejor manera — agregó la chica apagando la estufa y moviendo el sartén hasta uno de los platos — ¿Cuándo pensabas decirme que te marcharías a Los Ángeles?

Noah sonrió con ironía, no entendía como Sienna sabía acerca de su nuevo trabajo si en ningún momento de la noche anterior se lo había comentado, ¿Había estado hablando mientras dormía? Un sinfín de preguntas le invadieron la cabeza en ese instante.

— Como… — hizo una pausa tomando el plato que la chica le puso para que tomara — … ¿Cómo sabes acerca de eso?

— Logan llamó hace un rato, tuve que contestar ya que parecía insistente — confesó la chica — Sólo quería recordarte que tu vuelo sale esta tarde a las tres y también quería cerciorarse de que no le fueses a quedar mal

— Logan… — apretó sus dientes — … Es un imbécil, aún cree que soy capaz de no cumplir un trabajo

— El punto no es ese Noah, quiero saber porque no me dijiste nada — insistió

— La verdad es que fue un trabajo imprevisto, luego del despido no esperaba nada y esa oportunidad se me plantó en la cara — respondió Noah tomando un tenedor y picando los huevos revueltos junto con el bacon servido para después llevárselos a la boca

— Creo que debiste decirme no más nos vimos ayer, me siento un poco tonta — confesó Sienna tomando su plato y sentándose en el taburete frente a Noah

— ¿Por qué dices eso? — preguntó el chico algo confundido

— Entiendo que somos amigos… Bueno — hizo una pausa mientras se le escapaba una sonrisa pícara — … Más que amigos

Noah sonrió al escuchar el comentario.

— Quería pedirte que saliéramos más, anoche cuando estuvimos sentí una conexión que no había sentido en mucho tiempo y… — se detuvo para mirar a Noah que justamente le clavó una mirada de interés en sus palabras — … ¿Podrías no mirarme así cuando hablo?

— ¿Así como? — Noah sonrió ya que sabía exactamente lo que estaba haciendo

— ¡Detente! — Sienna se sonrojó al instante, no podía ocultarlo

Noah levantó sus manos como aquel delincuente que es capturado, un gesto de rendición para luego agachar su mirada y continuar comiendo.

— A lo que me refiero es que esta vez sentí que podíamos salir como algo más que simples follamigos — confesó Sienna haciendo que Noah levantara su cabeza con una expresión de asombro en su rostro

— ¿Estás segura de eso Sienna?

— Ahora no tanto ya que te marchas, pero… — le tomó la mano que tenía libre acompañado el gesto de una caricia — … Si llegas a volver pronto, ¿me darías esa oportunidad?

Noah estaba sorprendido, después de tantos años no comprendía como Sienna había desarrollado sentimientos por él en una noche, aunque posiblemente fuese algo que viniese de mucho tiempo atrás. No podía negar el hecho de que se sentía sumamente atraído por su compatriota, tenía todo lo que pedía el en una mujer e incluso más, pero sus sentimientos no eran tan grandes como los que ahora le confesaba Sienna, sin embargo, Noah nunca fue una persona de cerrarse a posibilidades y tenía claro que Sienna era una mujer espectacular en todos los aspectos.

— Si estás soltera cuando regrese, si es que regreso claro está… — indicó Noah tomándole la mano con firmeza — … Tendremos nuestra cita, ¿te parece?

— ¡Genial! — exclamó Sienna levantándose de la silla tomando su plato ya vacío junto al de Noah — Debo irme a trabajar y tu debes prepararte para tu nueva aventura

— Así es… — Respondió el chico poniéndose de pie también acercándose a Sienna por atrás, sus intenciones eran diferentes esta vez

* * *

—  Isabelle debes entender que ya hay mucho peligro allí afuera como para que salgas como si nada sucediera — reclamó su tío Dave

—  Tío y tu debes entender que son estrategias sucias por parte de la competencia para que yo ceda y dejemos de producir lo que estamos produciendo a día de hoy — respondió la chica con una mirada fija en su tío — ¿O aun no sabes como funciona este mercado tan cruel?

—  ¡Claro que se como funciona y por eso mismo debes escuchar mis consejos! — exclamó pegándole un golpe a la mesa

Isabelle dio un paso atrás a raíz del asombro que le generó la actitud de su tío Dave.

—  Lo siento hija… — se excusó colocando las palmas de su mano en la mesa y dando un breve suspiro — … Las amenazas cada vez son más constantes y no quiero que nada malo te pase, creo que de cierta manera me entiendes

—  Sí te entiendo tío Dave, pero créeme que no debemos ceder, sería darles lo que tanto desean y causaría que nuestras ventas se fueran al suelo — indicó Isabelle acercándose de nuevo al escritorio de su tío — Confía en mí, todo ese intento de aterrorizarnos pasará y volveremos a la normalidad

— ¿Y si no es así Isabelle? — preguntó Dave poniéndose de pie quedando cara a cara con su sobrina, tenían casi la misma estatura

—  Y si no es así… Tú encontrarás una solución como siempre lo has hecho tío Dave — manifestó la chica inclinándose para darle un abrazo

Dave se inclinó también correspondiéndole el gesto y acariciándole la espalda a su sobrina por encima de su vestido.

—  Sólo no quiero que te pase nada Isabelle, eres muy joven y además de ser la cara de la empresa también eres mi sobrina — dijo Dave separándose y colocándole las manos en el hombro — Permíteme hacer algo por ti y tu seguridad — insistió

Isabelle suspiró ya algo derrotada ante la insistencia de su tío.

—  Está bien tío Dave, confío en ti, pero no esperes que cedamos ante las amenazas — volvió a recordarle la chica

—  No te preocupes hija, sólo buscaré algo de protección — confesó antes de volver a sentarse en su silla

Isabelle sonrió al ver la expresión seria de su tío Dave al sentarse. ¿Protección? ¿Qué clase de protección hablaba su tío? La realidad es que necesitaba de todo menos una protección, las amenazas se las llevaría el viento al igual que las palabras, nadie se atrevería a ponerle un dedo encima y mucho menos en la mitad de Los Ángeles, de ser así claramente esa persona iría a la cárcel de inmediato. Sin embargo, a pesar de sus palabras y sus creencias, en el fondo de su mente cabía la posibilidad de que esas amenazas fueran ciertas, pero al mantenerse tan ocupada y tan tranquila no les prestaba mucha atención.

Al salir de la oficina de su tío, procedió a dirigirse a la suya que se encontraba al final del pasillo, abrió la puerta encontrándose a un hombre de espaldas frente a su escritorio que rápidamente se giraría para mirarla a la cara, al encontrarse con la mirada de ella, este sonrió, algo que no fue correspondido por parte de Isabelle.

— ¡Isabelle amore mío! — exclamó el hombre luego de girarse y abrir sus brazos invitándola a acercarse

La chica suspiró y sonrió un poco con desdén. Caminó hasta donde se encontraba el hombre, pero le ignoró completamente rodeándolo para llegar hasta su asiento.

— ¿Ni un beso ni nada? — le reclamó

— ¿Qué quieres Ronnie? — preguntó Isabelle mientras ordenaba un poco los papeles sobre su mesa — Es la segunda vez que vienes esta semana y al parecer no entiendes las cosas que te he dicho

— Querida, no digas eso… Yo sé que aun hay amor en ti por mí, ¿Podrías darme una oportunidad de llevarte a comer? — le preguntó sentándose en una de las sillas frente al escritorio de la chica

— Realmente eres un cínico Ronnie, al igual que una persona muy apegada… ¡Déjame ir! — insistió Isabelle comenzando a enojarse

— No soy ningún cínico…

— ¡Sí lo eres! — le interrumpió Isabelle golpeando el escritorio con las hojas que había recogido — Me eres infiel, nos divorciamos y ahora de la nada quieres regresar a mi vida como si nada hubiese pasado

— ¡Todo tiene una explicación Isabelle Carter!

— No me interesa escucharla, o escucharlas, aparentemente tienes muchas explicaciones que darme que cada vez cambias un poco más la historia — Isabelle abrió su portátil y lo encendió — ¿Podrías retirarte de mi oficina por favor?

Ronnie se puso de pie luego de sentirse derrotado. Era casi una misión imposible el hacer a Isabelle creerle.

— Isabelle… — dijo Ronnie inclinándose sobre el escritorio colocando su mano sobre la de su ex esposa

Isabelle levantó su mirada encontrándose con los ojos brillantes casi al borde de las lagrimas de Ronnie.

— Permíteme enmendar mi error, estoy arrepentido y me duele el hecho de que no me hayas dado la oportunidad de corregirlo todo — manifestó Ronnie inclinándose cada vez más

— Tuviste tu oportunidad mientras firmábamos el divorcio, ahora si me permites, tengo cosas por hacer así que retírate — le repitió una vez más con amabilidad

Ronnie retiró su mano de la de Isabelle y se dio la vuelta para ponerse así camino a la puerta.

— Sé que aun me amas Isabelle Carter, volveré por ti, no me voy a rendir — indicó el hombre abriendo la puerta de la oficina

Al salir se encontró con la secretaria personal de Isabelle, a la cual miró con algo de lascivia, a lo que la chica se sintió algo incomoda y procedió a pasar tan rápido como pudo a la oficina de su jefa cerrando la puerta tras de ella.

— ¿Qué hace Ronnie otra vez acá? — preguntó la secretaria sintiéndose bastante incomoda por lo ocurrido al entrar — ¿Quién le dejó entrar?

— No lo sé Gwen, ya estaba acá cuando regresé — respondió Isabelle levantando su mirada encontrándose con la chica algo nerviosa — ¿Pasó algo cariño?

— No no… — titubeó — Todo está bien

— Isabelle se puso de pie y se acercó hasta Gwen tomándola por los brazos.

— ¿Te dijo algo ese imbécil? — preguntó nuevamente

— No señorita Carter, sólo… — suspiró — … Me miró de una manera poco agradable, sentí que me quitó la ropa con la mirada

— Este imbécil… — apretó sus dientes tratando de ocultar su enojo y no explotar frente a su secretaria — … Está todo bien, me encargaré de que no vuelva a poner un pie en nuestras instalaciones — la reconfortó acariciándole los brazos

Gwen sonrió aun con algo de incomodidad en su cuerpo. Isabelle siempre se había mostrado bastante amable con ella y siempre que podía la defendía en distintas circunstancias en las que se había visto envuelta, Isabelle solía defender mucho a sus empleados y comprenderlos cuando algo iba mal, Gwen pensaba que esa era la principal razón del gran ambiente laboral que se palpaba en el aire todos los días.

— Ven, siéntate y cuéntame que noticias me traes — Isabelle la tomó de la mano y la llevó hasta una de las sillas para luego ella regresar a su asiento

Gwen le siguió el paso y se sentó para después poner su iPad sobre la mesa y girarlo en dirección a su jefa para así explicarle el motivo de su visita.

— Las ventas han incrementado casi un cincuenta por ciento y tenemos previsto que luego de la entrega del reconocimiento en la tarde incrementen un poco más — informó Gwen deslizando su dedo por la pantalla táctil mostrándole a Isabelle las gráficas

— Eso está muy bien, estamos alcanzando a Kylie — le indicó señalando el top de ventas en el mes

— Sí, quizá este año volvamos a estar en el primer lugar por un tiempo

— Por un largo tiempo Gwen, esperemos que sea así — le sonrió — Gracias por informarme de esto, he estado tan ocupada que no he visto absolutamente nada de los reportes de ventas

— No es nada señorita Carter, es mi trabajo — respondió Gwen dibujándosele una sonrisa en el rostro

— ¿Quieres ir a la entrega del reconocimiento más tarde? — le preguntó devolviendo su atención a su portátil

— ¡Me encantaría señorita Carter! — Gwen dijo con emoción

— Perfecto, cuando termine acá paso buscándote por tu oficina ¿Vale?

Gwen asintió con su cabeza y se puso de pie aun con la sonrisa en su rostro, el hecho de que Isabelle la hubiese invitado le llenaba de bastante emoción, siempre sintió una atracción por los eventos a los que asistía la señorita Carter y ahora el hacer parte de uno, aunque no tan grande, le hacía bastante feliz.

Isabelle observó como Gwen se alejó tras la puerta dejándola cerrar tras su salida, sonrió un poco al ver la emoción de la chica en su rostro, le recordaba bastante cuando empezó en esto de los cosméticos y cuando la fama comenzó a envolverla de un momento a otro, el asistir a eventos con distintas personalidades conocidas de la ciudad o incluso el país le emocionaba desde el momento en el que recibía invitaciones y aunque el tiempo haya pasado aun le generaba algo de nervios el asistir a estos lugares.

Minutos después de haber enviado un par de correos y respondido ciertas solicitudes, se percató que tenía un mensaje en su bandeja de spam, algo poco usual ya que su correo era muy personal y pocos empresarios lo tenían para comunicarse directamente con ella. Al abrirlo se dio cuenta que se trataba de una imagen suya tomada por una cámara desde la lejanía, el entorno era su casa de campo en Nashville, acompañada de un mensaje.

“ Te estamos observando, mientras te regocijas de tus ganancias, más te acercas a una muerte prematura. Reduce tu producción o nos veremos obligados a retirarte del mercado “

Isabelle sintió un frío escalofriante que logró hasta erizarle la piel. Las palabras de su tío retumbaron en su cabeza, quizá este tenía razón, quizá era hora de hacer algo al respecto más que recibir distintas amenazas y hacer la vista gorda a ellas. Cerró el portátil, se sacudió para luego ponerse de pie, no dejaría que este tipo de extorsiones le arruinaran el día, hoy recibiría un reconocimiento por parte del gobierno de Los Ángeles y no podía sentirse más que feliz al respecto.

— No es nada Isabelle, continua tu vida, no son más que simples extorsiones…

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