Magnolia, sorprendida, no esperaba que creyera tanto en ella, dijo rígida, —tenía el vídeo de vigilancia preparado, esperando a que vinieras a mí para demostrar mi inocencia. Resultó ser inútil.
Ricardo la miró con fijeza, —A tus ojos, ¿soy una persona que no distingue lo blanco de lo negro?
—Los hombres favorecen inconscientemente a los débiles cuando se encuentran con una mujer como Rosalía, que es hipócrita, no me atrevería a tomarlo a la ligera.
Se calló Ricardo.
Siempre parecía que había algo en sus palabras, burlándose de sí mismo.
Ricardo miró a Aria en la sala del hospital, —¿Está lista?
Magnolia respondió con naturalidad, —se ha calmado. Le dije que viera cómo te sacaban sangre entonces y que no te defraudara, debería decir que sí.
El hombre asintió, —Puedes empezar pasado mañana.
Magnolia pensó un momento y dijo, —Ahora que tu madre lo sabe, se opondrá rotundamente a que dones médula ósea, ¿no hay nada malo por su parte?
—He aclarado con mi madre en qué consiste la donación d