Primero fue el disparo.Después, el silencio.Y entonces… el dolor.
Liam sintió un ardor punzante atravesarle el pecho como una traición inesperada.No gritó. Solo bajó la mirada, confundido por ese calor espeso que se deslizaba por su abdomen.Llevó la mano a la herida.La oscuridad no le dejaba ver el color, pero no hacía falta.Sabía perfectamente lo que era.Sangre.Suya.
—Lucas… Lucas —su voz fue un gemido rasgado por la desesperación.Pero no hubo respuesta.Solo caos.Y una sombra.
Lucas yacía en el suelo, inconsciente, con un hilo de sangre deslizándose por su sien. Un golpe certero. Limpio.Uno de los encapuchados lo había neutralizado