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Olivia salió del centro médico envuelta en un mar de lágrimas, no podía contener su llanto tampoco le importaba las miradas de la gente sobre ella al verla en ese estado, muchos suponían que alguna mala noticia con respecto a su salud había recibido.
Caminó por las calles sin rumbo fijo mientras las lágrimas no cesaban y las miradas y murmullos de las personas no se hacían esperar.
Tomó asiento en una de las bancas del parque necesitaba mantener la calma, pensar con claridad, y serenarse para poder ir más tarde a la aseguradora por su liquidación.
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El relo