Isabel ha decidido alejarse de Jaume, e intentar salvar lo suyo con David. Pero cada día que pasa siente a David más lejos y añora más a su mejor amigo. ¿Qué pasará? ¿Seguirá Isabel ocultando sus sentimientos con éxito?
Leer másNadando hacia lo desconocido. Transformación.
Sobre las templadas aguas del río, un cisne blanco se encuentra, nadando en la espesura de la noche, sintiendo la tenue llamada de la luna.
Solo los patos miran hacia ella con indiferencia, pues el resto de aves están expectantes, saben que algo se acerca, pueden intuirlo, aunque no sepan lo que está por llegar.
El majestuoso cisne enerva la cabeza, y dirige su mirada hacia la luna, admirando toda su belleza, todo su esplendor, dándose cuenta de que ya ha sentido su presencia con anterioridad, aunque no puede recordar en que momento sucedió.
Levanta el ala, tranquilo, sosegado, intentando alcanzar aquella hermosa circunferencia, casi tan clara como sus propias plumas, cuando algo ocurre, algo que hace que todos presten toda su atención a lo que acontece a continuación.
Un resplandor aparece en el lago, una luz resplandeciente que emana directamente de aquel extraño cisne, que hace que todos a su alrededor bajen la cabeza y tapen sus ojos con temor, mientras algo sucede dentro de tan maravilloso ave, comienza la transformación.
Sus patas se alargan y se ensanchan hasta llegar a ser piernas humanas, sus alas se estiran y cambian hasta convertirse en bellos brazos de mujer, su cuerpo crece y se transforma, dando forma, despacio, a aquella hermosa mujer, que ha sido condenada a vivir en el cuerpo de un cisne, eternamente.
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CAPÍTULO 1 – FINGIENDO
David había vuelto, aunque no lo había hecho sólo: se había traído consigo a su ex mujer y ahora dormía en el cuarto de invitados. Su explicación fue sencilla para él y complicada para mí: Rachel estaba enferma y le necesitaba, no podía dejarla de lado, después de todo era parte de su familia, o así lo sentía él.
Los días en aquella casa eran cada vez más difíciles, sobre todo después de saber que no podía salir de casa, pues tenía que vigilar a Rachel y cuidar de ella cuando David no estaba, cosa que me estaba consumiendo más y más cada día.
Aquello me estaba matando, ver como él llegaba a casa e iba al cuarto de su ex mujer a desearle buenas noches para luego venir a acostarse a mi lado, como quien cuida de un niño pequeño… eso me estaba desgarrando cada vez más.
Parecía imposible seguir adelante, ya no me quedaba nada por lo que seguir. Seguía fingiendo que todo iba bien, pero eso era todo: mentiras.
Solía llorar casi todas las noches, encerrada en el baño, cuando me bañaba y mantenía el grifo encendido para que nadie pudiese escucharme.
Cuando el timbre sonó en aquella tarde soleada, un hilo de esperanza apareció en mi aburrida vida. Dejé la revista sobre el sofá, y miré a Rachel, que estaba entretenida tejiendo una bufanda para David, y me encaminé hacia la puerta.
Era Laia, que parecía agradecida de verme al fin, ya que desde que Rachel había llegado a aquella casa, no tenía tiempo de salir con otras personas, tan sólo me quedaba a cuidar de ella.
David llegó a penas unas horas más tarde, cuando preparaba la comida para el día siguiente, y Rachel seguía en el sofá, mirando hacia la nada, sonriendo como una tonta.
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Me puse un bello vestido aquella noche, porque seamos sinceros, esperaba encontrarle a él allí, pero cuando llegamos allí, él no estaba.
Y pasamos una noche de lo más aburrida, mientras todas las miradas se fijaban en Rachel y ella hacia todo lo posible por hablar con todos e importunarme. Sabía que no lo hacía adrede, pero en aquellos días todo sobre aquel asunto me molestaba, mirarla y ver que respiraba a mi lado me molestaba.
Aquella noche estaba realmente molesta, y me enervé más cuando a las once de la noche, David, se despedía de nuestros vecinos y el resto de invitados, porque fingía que estábamos cansados.
Estaba claro que montaría un número cuando llegásemos a casa, y quería evitarlo, sabía que si volvía a discutir con él aquello se acabaría, sabía que, si volvíamos a hablar del tema y él volvía a anteponer a su ex mujer a mí, le abandonaría, porque estaba harta de fingir que todo iba bien, estaba harta de ser su segundo plato cuando para Jaume siempre sería el primero.
PLUF
Le crucé la cara sin pensármelo dos veces, haciendo que la mujer se tambalease y cayese hacia un lado, y que David la agarrase para evitar que llegase al suelo.
La sentó sobre el sofá, mientras miraba a su cachete colorado, para luego levantar la vista hacia mí con odio.
Esa mirada bastó para que me diese cuenta de que él nunca volvería a ser mi David, nunca se casaría conmigo, o si lo hacía nunca dejaría de ser el hombre de Rachel, aunque ya no estuviesen casados, nunca dejaría de cuidar de ella, yo nunca sería su mujer de nuevo, nunca volvería a ser lo más importante para él.
Tragué saliva dolida, mientras mil lágrimas salían por mis mejillas
Un trueno a las afueras de la casa me indicó que había tormenta, ahora comprendía porque Laia había hecho la barbacoa bajo el techo del jardín.
Negué con la cabeza, para indicarle que no quería hacerlo, mientras miles de lágrimas se arremolinaban, deseosas de salir por mis ojos.
Algunas semanas habían pasado, Carly estaba de viaje de novios, por supuesto, y todo seguía como siempre, con la diferencia de que David no había vuelto a molestarme y de que mi relación con Jaume era insostenible, apenas nos saludábamos con un triste hola en el club, y evitábamos el uno la mirada del otro.Recogía la casa, aquella mañana, mientras Charlotte dormía, pues se había ido de fiesta con los chicos justo después de que habíamos cerrado el bar. Cuando llamaron a la puerta, haciendo que Daniel fuese a abrir la puerta, ya que yo me encontraba en el patio, regando las macetas.¿por qué estás aquí? – preguntó hacia él hacia la persona que se encontraba frente a él - ¡vete a casa!¿Dónde está ella?Está dentro. Pero no puedes entrar, y lo sabes. Deja de inte
Capítulo 18 – El finalDavid dejó de pegar a Jaume y me agarró con fuerza del brazo, mientras tiraba de mí hacia el interior de la casa, pues tenía la intención de que hablásemos sobre lo que acababa de presenciar entre Jaume y yo. No me soltó hasta que hubo cerrado la puerta de la casa tras de mí.¿te gusta? – preguntó, hecho una furia, mientras yo bajaba la cabeza, avergonzada, al mismo tiempo que negaba con esta, intentando que él no descubriese que era lo que sentía por él. - ¿es por él por lo que huyes cuando te toco? – Preguntó, furioso consigo mismo, mientras yo levantaba la cabeza para mirar hacia él.Pensé que estabas en el centro, con …No te atrevas a cambiar de tema, Isabel – me espetó, haciendo que yo bajase la mirada, avergonzada - ¿te has
Había llegado el gran día, y estaba discutiendo con David en la cocina, como de costumbre, mientras me ponía los pendientes…Me prometiste que ella no volvería a meterse entre nosotros – le espeté mientras él se ponía el abrigo.Ha tenido una re-caída, Isabel – me explicóMe prometiste que estarías aquí para la boda. Y de nuevo ella vuelve a meterse en medio.No seas egoísta, Isabel, deja de pensar sólo en ti. Rachel ha estado a punto de morir, y tu tan sólo piensas en la boda. Deberías de ser tú la que propusiera venir al hospital conmigo, y no ser yo el que lo sugiera.No voy a dejar de ir a la boda de mi amiga, por tu ex mujer.Haz lo que quieras, estaré en el hospital hasta que ella se recupere – me informó, antes de salir por la puerta y dejarme allí c
Capítulo 15 – Entre sábanas blancas.Cuando desperté a la mañana siguiente, con los rayos solares incidiendo sobre mí, me percaté de que nos encontrábamos en la playa, aunque parecía ser la única que tenía una manta sobre mí, el resto dormía acurrucado como podía, arrimado a los restos que quedaban de la hoguera.Me levanté, y entrelacé la manta alrededor de mi cuerpo, mientras caminaba hacia la casa, entre abierta. Entré sin llamar, admirando como Beta miraba hacia mí, recostada sobre su cama, y seguí caminando más y más, hacia su habitación, pero no era él el que se encontraba en su interior, si no, Daniel acurrucado a Charlotte, aunque aún estaban en ropa interior, parecía que no habían echo nada.Cerré la puerta, despacio, para luego caminar hacia el sal&oa
Capítulo 13 – El final de la noche.Me paré al lado de la barra, justo donde estaba la pared, al lado de los baños, y apoyé mi cabeza sobre ella, intentando pensar con claridad, despejar la mente, alejar todos aquellos pensamientos sobre Jaume de mi mente, pues no quería volver a recordarle rodeado de chicas, pues aquello dañaba enormemente mi corazón.Entonces algo totalmente sorprendente para mí sucedió, alguien me agarró de la mano, y tiró de mí hacia el pasillo que daba a los manos, mientras avanzaba entre la multitud pude darme cuenta de quien era, pero no hice nada para detenerle, tan sólo quería saber que era lo que tenía que decirme. Me metió en el baño de los hombres, haciendo que varios chicos que se hallaban allí dentro se quejasen al sentir la presencia de una mujer, pero lejos de disgustarse o de responder, &e
En las últimas semanas las cosas habían cambiado bastante. Para empezar, David y yo ya habíamos hablado sobre lo nuestro, o al menos, lo habíamos intentado, porque aún no habíamos decidido que era lo que íbamos a hacer con nuestra relación, aunque yo tenía bastante claro que lo mío con él ya no tenía arreglo.En cuanto al otro gran asunto: Rachel, David la había internado en un famoso centro de ayuda, no lejos de la urbanización, pues pretendía seguir visitándola, aunque había comprendido que vivir con nosotros no había sido una buena idea.No paraba de rogarme que volviese a casa, de prometerme que Rachel no se metería en medio de nosotros jamás, pero yo ya no podía creerle, ya no me importaba.Lo cierto es que me importaba un bledo que Rachel ya no estuviese allí, ya no me importab
Último capítulo