—Ella es solo mi primer amor. Acababa de regresar al país después de su divorcio. A la única persona que amo es a ti.
Esa fue la explicación que Samuel me dio después de que los encontré a él y a Daniela a solas en el jardín.
Después de diez años, Samuel había pasado de ser el soldadito de bajo rango de antes a ser el Capo más joven de la familia Salinas.
Sus ocupaciones se volvieron cada vez más, y, poco a poco, comenzó a olvidar nuestros aniversarios, mi cumpleaños, hasta la Navidad que habíamos quedado de pasar juntos cada año…
O eso era una simple excusa para no querer perder el tiempo conmigo.
Cualquier cosa era más importante que yo.
—Lola, tienes que entender. Eres la mujer de un Capo de la mafia, seré el futuro padrino de la mafia de la Costa Oeste, no me distraigas con estas tonterías.
Por el crecimiento de Samuel, había escogido entender y aguantar.
Sí, era la esposa de Samuel. Nuestros diez años de sentimientos, ¿cómo no iban a ser mejores que un primer amor que una vez había despreciado a Samuel por ser un soldadito de bajo rango y lo había dejado para casarse en el extranjero?
Al final, en solo un mes, Samuel se había vuelto a enamorar de Daniela.
El Capo que una vez estaba bien ocupado para acompañarme a una cirugía, ahora se había convertido en alguien a quien Daniela podía llamar en cualquier momento y él acudía sin dudarlo.
—Lola, cena sola. Daniela acaba de regresar al país, voy por ella.
—Lola, no voy a ir a casa estos días. Daniela no se acostumbra a la casa que rentó, la voy a acompañar unos días.
—Lola, haz tu pastel de queso. Daniela quiere comerlo, se lo voy a llevar.
***
Daniela, Daniela… En los mensajes entre Samuel y yo, todos los días aparecía ese nombre.
—Samuel, ¿todavía te acuerdas de que eres el joven que se va a convertir en Don? Ahora todos los días andas detrás de Daniela, ¿qué pasa con la familia Salinas? Ahora todos saben que tu primer amor regresó, esto es bien peligroso para ella.
Daniela no sabía cómo Samuel había peleado y matado enemigos para llegar a donde estaba, pero yo sí que lo sabía. Samuel era bien rudo en sus métodos, y muchas familias enemigas lo andaban vigilando.
Mi advertencia no hizo que Samuel reaccionara, sino que se limitó a burlarse.
—Nadie se atreve a tocar a la mujer de Samuel Salinas. Lola, mejor ocúpate de ti.
Hasta que después, Daniela fue secuestrada y asesinada por la familia Robles, la familia enemiga de Samuel.
Pensé que con su muerte, Samuel regresaría conmigo. Y así fue. Justo después de recibir la noticia del asesinato de Daniela, Samuel me llamó, diciéndome que lo esperara en casa.
Toqué mi vientre de embarazada, mientras me decía a mí misma:
«Solo necesito decirle a Samuel que estoy embarazada en su cumpleaños el mes que viene. Estoy segura de que volverá a amarme. Seguramente, estará feliz con esta noticia.»
Quién iba a saber que Daniela no me dejaría en paz ni estando muerta.
No le bastaba con robarse el amor de Samuel, también había querido robarse mis ojos.