Capitulo 42

Adrián soltó el aire que no se había dado cuenta de que retenía, un suspiro pesado que se perdió en el silencio tenso de la habitación. El reloj antiguo colgado en la pared marcaba las once con su tic-tac insistente, como una cuenta regresiva que solo añadía presión a sus pensamientos ya desordenados.

Alan, sin mirarlo, cruzó la estancia con pasos pausados, casi felinos, y se dejó caer en una de las butacas de piel junto a la gran ventana de cristal templado. El sol de la mañana se filtraba perezosamente por entre las cortinas, tiñendo el cuero oscuro de un tono cálido y suave. Su expresión, sin embargo, desentonaba con la atmósfera tranquila: una media sonrisa ladeada y ojos entrecerrados como si estuviera disfrutando de un mal chiste.

—¿No crees que todo esto es como muy extraño? —preguntó Alan con voz baja, casi casual, pero cargada de intención.

Adrián frunció el ceño, aún de pie, como si su cuerpo se negara a relajarse. Tenía la camisa desabotonada en el cuello, las mangas arrema
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP