Lorenzo, apenas llegó a su casa, le comunicó a Edith que venían a cenar Facundo, y Orlando con su mujer y sus hijas.
Edith tenía menos de dos horas para organizar todo, pero ella disfrutaba el momento que estaba viviendo y valoraba estar en familia y con amigos cercanos.
-Ahora organizo la cena.
-Perdón, tendría que haberte avisado antes.
-No te preocupes, cielo.
La nueva señora de la casa entró en la cocina, sobresaltando al personal.
-Chicas, tenemos invitados.
Les comunicó.
-Son 5 personas más.
La cocinera no estaba acostumbrada a que varias veces por semana haya invitados.
-Si se te complica, te ayudo.
-No, señora, no se moleste.
Edith sugirió varios platos, todos de rápida preparación, aunque no por eso dejaban de ser exquisitos.
-Muchas gracias.
Edith agradecía todo con una sonrisa.
Salvo Luisa, que le tenía envidia y muchos celos, las demás mucamas y todo el personal en general, estaba fascinado con Edith.
Ni siquiera en la cena, Edith pedía cosas imposibles de hacer, como lo s