Los flamantes esposos emprendieron el viaje para su luna de miel, lo hicieron llevando a sus pequeños con ellos, ninguno de los dos se hubiese atrevido a dejarlos, ni siquiera al cuidado de sus abuelos, es que eran muy pequeños y aún tomaban pecho.
Fueron con sus dos niñeras, para que cuiden a los niños cuando ellos hicieran alguna actividad y para que los cuiden por las noches.
Hacía un poco más de un año que se habían alojado en el mismo hotel, en aquella escapada que habían hecho.
-Este lugar es nuestro.
Le dice Lorenzo.
-Sí… es increíble todo lo que vivimos este último tiempo y ahora, por fin, estamos nuevamente disfrutando estos días maravillosos.
-Todo se terminó, fuimos víctimas de psicópatas, pero ninguno pudo terminar con nuestro amor.
Edith le sonrió.
-Iluminaste mi vida apenas te vi, y ese arito, en tu ombligo, me volvió loco…
-¿El arito?
-Fue lo que te delató cuando bailabas… eso y tus ojos, aunque me acerqué a esa plataforma, por tu sensualidad al bailar.
El CEO la besó co