Brian:
Caminaba de un lado a otro, estaba angustiado por lo que pasó en la estación. No debí llevarla, no debí hacerlo, debí quedarme en casa con ella y no llevaría a ese lugar.
Esa mujer, aquella mujer la lastimó en un solo segundo.
—Va a estar bien mi amor —me dijo mi mamá.
Ni siquiera le respondí, estaba realmente nervioso. Miraba mi camisa y esta estaba llena de sangre, su sangre.
—¿Familiares de Paula Colón?
—Yo, soy su madre —se acercó al médico— ¿Qué noticias hay sobre ella? ¿Está bien?
—Afortunadamente si, la herida no fue de gravedad, el arma corto punzante entró en su cuerpo pero no hizo ningún daño, solo le suturamos la herida y ahora está en reposo. Pueden estar tranquilos.
Todo el aire que tenía en mis pulmones lo solté de golpe. Estaba aliviado de que no había sido nada grave y que ella estaría bien.
Me senté en una de las sillas para tratar de calmarme. Dios, que maldito susto.
La madre de Paula se fue con el médico para verla, que alivio que ella esté bien.
La mujer que la lastimó no fue la hermana de Alan, si no, otra mujer de carácter desconocido Pero se sabe que conoce a Jordan por qué después de herir a Paula, comenzó a gritar el nombre de Jordan y culpaba a Paula de lo que había pasado con el, la culpaba por el hecho de que el bastardo estaba huyendo de todos.
Aquella mujer está siendo investigada, para así, buscar información del paradero de Jordan, ya que la hermana de Alan se negó a hablar, pero el se ofreció a dar más información sobre el.
Esta situación se está poniendo caótica, ahora se que todo esto se está poniendo mucho más que personal.
(...)
—Quiero irme —la escuché decir, estaba molesta.
—No puedes linda —me senté en la camilla—, aún estás herida.
—Por eso quiero irme, para ir a arrancarle el cabello a esa gonorrea hijo e' puta —masculló en español— maldita sopla mondá.
No entendí absolutamente nada de lo que decía. Pero se escuchaba realmente molesta. Estaba sentada como si nada en la camilla, como si no tuviera una herida en el costado.
Vaya que si es muy terca.
Me quedé callado mientras la escuchaba quejarse en su idioma natal, debo admitir que se escucha muy sexy, aunque se que está insultando a alguien.
Esta noche me quedaría a su lado ya que su mamá estaba muy cansada con todo lo que pasó así que me ofrecí a quedarme con Paula, por más que ella se negaba.
—¿Terminaste?
—Si —respondió de manera tosca.
—Ya la chica está en la cárcel y sera investigada, ahora me preocupa que ese bastardo tenga un séquito de mujeres siguiéndolo, aunque no me sorprendería.
—¿Tu crees que eso sea posible?
—No descartaría la idea, ya viste lo que pasó en la estación, te hirió con un arma blanca, por suerte no fue a mayores, si no, la historia sería distinta.
De inmediato deseché esos pensamientos horribles. No quiero imaginar lo que hubiese pasado si a Paula la hieren más de la cuenta, quizá estaría volviéndome loco. De solo pensarlo me lleno de angustia, afortunadamente ella está bien y no pasó a mayores.
—Me preocupé mucho linda —acaricie su mejilla—, es un alivio que no te hirió más de la cuenta.
—Si lo hubiese sabido, le arranco los ojos por perra.
—Yo tratando de ser romántico y mostrar mi preocupación, tu sales con tus cosas —rei.
—Asi me quieres —sonrió.
—Por supuesto que te quiero Paula, estás loca pero asi te quiero.
—Oye... —ella soltó una risa luego hizo una mueca de dolor
—Quédate tranquila —le dije—, aún tienes la herida recién curada. Dios que terca eres.
—Deja de decirme que soy terca —soltó un bufido—, no me gusta estar aquí, quiero irme a mi casa y atender mi pasteleria.
—Pues eso tendrá que esperar, es más, me encargue ya de eso.
—¿Que? Brian no me digas que metiste a personas desconocidas a mi pastelería.
—Calmate linda, ya se como eres —le sonreí— y pues como estarás aquí un par de días, me ofrecí como voluntario a atender la pastelería, soy bueno con los números y la administración, Kent estará en la cocina como siempre y todo en orden.
Sabía que el contratar personal para que atendiera la pastelería sería un problema para ella. Ya que no confia en nadie más que en las personas que la rodean.
—Que lindo de tu parte —extendió sus brazos—, ven aquí que te voy a dar un beso.
Me acerqué a ella para que me diera un beso. Me sentía un poco calmado al ver que ella estaba bien, que no fue más grave aquella herida. Me había asustado demasiado al verla herida y toda esa sangre por todos lados.
Ahora solo quedaba esperar que la policia haga su trabajo. Mi papá está presionando a todos los policías para que den con Jordan, ese sujeto no es más que un maldito cobarde, enviar a una de sus mujeres a herir a Paula, es lo más bajo que pudo hacer.
Espero no cruzármelo en el camino, por que no sé de qué manera reaccionaría. Ya que por su culpa muchas mujeres fueron estafadas, golpeaba a Paula y trato de meterse con mi hermana, La cárcel es un castigo ligero para lo que se merece.
(...)
Al dia siguiente.
Caminé alrededor de la camioneta, era exactamente lo que había pedido que ensamblaran para Paula, era grande y espaciosa, aun le faltaba el color y lo demás, pero la estructura era la adecuada para ella.
Se que estara contenta con esto. Podrá trasladar sus postres a donde quiera.
—Esta perfecta, me gusta..
—Fue como la pediste hijo —asentí.
—Es perfecta papá, Paula la va a amar.
—Y a ti también —lo miré—, esa muchacha está enamorada, solo falta que lo acepte.
—No creo —rei— Paula no confía del todo en mi, eso lo entiendo... Ha pasado por mucho y teme ser lastimada ¿sabes algo papá? Yo si estoy enamorado de ella.
Mi papá pareció sorprenderse ante mis palabras, yo jamás he sido tan abierto con respecto a mis sentimientos, no suelo hablar sobre ellos de manera tan abierta, pero cuando quiero hacerlo recurro a mi papá y el me da un buen consejo.
Amo a Paula con todo mi corazón, creo que a este punto no me habia dado cuenta de lo mucho que la amo, y cuando la vi en el suelo llena de sangre, de solo pensar en la idea de perderla, entro en pánico por que ella se ha convertido en una de las personas mas especiales en mi vida.
—Es la primera vez que me dices que amas a alguien que no seamos nosotros —el rió un poco—, pero me alivia que sea de esa muchacha, es una buena mujer para ti, sabes que jamas me meti en tu relacion con Eve, pero esa mujer era un dolor de cabeza ¿cómo es que la soportabas?
—No se —respondí—, quizá por que había atracción, ya sabes a lo que me refiero —el asintió—, lo mio con Paula es distinto, podemos hablar de lo que sea ¿sabes? Ni siquiera tenemos nada en común, pero en si, ella me encanta, me encanta que ella haya salido adelante sola, que haya trabajado duro a pesar de todo.
—Eso me recuerda el por que amo a tu madre —dijo el.
—Ahora puedo decir que te entiendo papá.
Me sentía aliviado de haberme enamorado de una mujer como ella. Y estaba contento de que me haya rechazado muchas veces por que eso no hizo que me rindiera ante la idea de tenerla conmigo.
La amo.
Amo demasiado a Paula.
(...)
Más tarde.
Después de organizar todo con la ensambladora, tuve que venirme a la pastelería de Paula. Debía cumplir mi palabra y venir a ayudar ya que su madre se quedó con ella en el hospital. Hacer esto sería un poco complicado ya que ella tiene una manera de trabajar distinta a la mía.
—Bueno Brian, lo único que debes hacer es atender la barra y recibir el dinero, es sencillo.
—No, no lo es Kent, hay muchos precios aquí ¿cómo demonios voy a memorizar esto? —miraba la carta de postres y precios.
—Pues tu te ofreciste y debes cumplirle a la jefa —lo miré—, si se enoja ya sabe como se pone.
—Ni me lo recuerdes —murmuré—, bueno, creo que lo tengo.
—Muy bien, por suerte hay postres adelantados y uno de los chicos me ayudará en la cocina —dio un par de palmadas en mi hombro— suerte.
—¿Por que suena como una condena?
—Que paranoico —rió—, a la barra Brian.
Hice una mueca al escucharlo mandarme, no debería, soy el CEO de una enorme empresa.
Todo lo que hago por amor a Paula.
La pastelería estaba comenzando a llenarse, muchos venían a comerse un postre, otros a chismear sobre Paula y su incidente. Era lo malo de ser una persona reconocida, que todos están al pendiente de tu vida, nosotros por lo general jamás fuimos expuestos ante el público por mis padres, ellos nos cuidaron de aquello, pero ahora con lo que paso con Paula y Lissie, están más al pendiente de nosotros.
Me coloqué el delantal y me paré en el mostrador.
—Buenos días, bienvenidas —le dije a un par de chicas que estaban frente a mi.
Estaba un poco aliviado de que yo suelo venir todos los días y se cómo trabaja Paula, si no, esto ya sería un completo desastre, debo mantener la reputación de la pastelería intacta por que si no, ella me asesina si cometo un error.
(...)
Me senté de golpe en una de las sillas, me sentía muy cansado. En serio que admiro a Paula y a todas las personas que trabajan todo el dia de pie. Simplemente fue una tortura no poder sentarme en todo el dia.
Incluso puedo escuchar la campana sonar, la caja ser cerrada y abierta.
Joder.
Y yo que me quejaba de estar todo el dia sentado en la oficina, no vuelvo a quejarme jamás de eso.
—Ten —Kent dejó una bebida en la mesa— te notas cansado.
—Vamos, riete —entrecerré los ojos.
—No lo haré —igual comenzo a reirse—, lo siento es que, la jefa me lo dijo, qué te quejarías.
—A veces pienso que para qué necesito enemigos si tengo a Paula —bufé—, pero hablando en serio, los admiro, mira que estar de pie todo el puto día, es agotador.
—Dímelo a mí que tengo que estar en la cocina todo el dia...
—Hola hola.
Rodé los ojos al ver a Lionel entrar a la pastelería.
—¿Lo llamaste? —mire a Kent y el asintió—, genial.
Volví a rodar los ojos cuando me tomo una foto, ahora se burlará de mí por un buen tiempo.
—Oh vamos amigo —se sentó al lado de Kent— tenía que venir a verte, es una lástima que no te vi en acción, hubiese sido genial. El gran CEO de la empresa Hoffmann siendo barista —lo dijo como si fuese un anuncio.
—Espera —Kent sacó su teléfono— yo le tomé fotos —se lo dio—, fue un desastre al inicio pero luego lo hizo más que bien.
—¿Son mis amigos o mis enemigos?
—Ambas —respondieron al unísono.
—Idiotas.
Ambos comenzaron a reírse por las fotos que tomó Kent, se cuales fueron, cuando se me reboso el café en las tazas y me quemé uno de los dedos. También cuando casi me caigo por haber pisado un cupcake que se me cayo.
Que vergonzoso fue eso.
—Oye pero no todo fue malo —dijo Kent— las ventas estuvieron elevadas.
—Lo se —dije orgulloso.
—Lamento diferir de ello amigos míos —Lionel rió—, la pastelería hizo buenas ganancias por el rostro de mi querido amigo aquí presente.
—¿De qué hablas?
—Oh m****a, el sexy barista de la pastelería de la ciudad —dijo Kent mientras miraba el teléfono— hay muchas fotos tuyas en las redes, todas son de chicas diciendo que vinieran para deleitarse con la vista.
—Dame eso.
Le arrebaté el teléfono a Kent, efectivamente habían fotos mías en las redes en todos los ángulos posibles, bueno, debo admitir que salí bien en ellas.
—No me hace gracia esto, creí que era por mi esfuerzo, ahora tiene sentido de que hoy la mayoría eran mujeres —dejé el teléfono en la mesa.
—Vamos amigo, con la cara que tienes fue un buen punto ¿no es asi Kent?
—Pues si, Lionel tiene razón.
No se si sentirme halagado u ofendido. Pero estaba orgulloso del desastroso trabajo que hice en la pastelería, todo por ella.
Por Paula.