Azura
El primer parpadeo de Lyam fue como un latido que estremeció la tierra.
—Azura... —susurró con los labios resecos, y cuando su mirada, débil pero viva, se cruzó con la mía, algo en mi interior rugió con tal fuerza que supe que ya no había vuelta atrás. Las cadenas que lo aprisionaban comenzaron a chispear. Las runas en su piel ardieron como fuego líquido y un resplandor dorado emergió de su pecho, justo donde su corazón latía. No necesitábamos palabras. No necesitábamos tiempo. Nuestra conexión de sangre hizo el resto.
La magia nos reconoció. Mi cuerpo empezó a temblar cuando el fuego me consumió desde dentro. Mis uñas se alargaron, mis huesos crujieron, y la transformación no fue como la primera vez. Esta era salvaje, brutal, pura. Sentí cómo Rosaly se alzaba en mi interior con un aullido ensordecedor. Mis ojos se tiñeron de blanco y azul, mi lomo creció, mi forma se expandió y, en cuestión de segundos, yo era una criatura blanca como la luna, con los ojos del linaje real. Mi l