"cuando tu cuerpo me llama"
Azura
El amanecer no trajo paz, sino un nuevo umbral. Me arrodillé en el centro del círculo, con las manos sobre las marcas antiguas, mientras la voz grave y firme de Catrina me envolvía en una lengua que solo las brujas podían pronunciar sin romperse.
A mi alrededor, el aire vibraba, cargado de una energía espesa. La piedra bajo mis rodillas ardía, como si mi sangre se derramara sin herida visible. Rosaly se mantenía en silencio, pero su presencia era más intensa que nunca. No solo estaba dentro de mí. Estaba conmigo.
—Tu fuego no es un arma, Azura —dijo Catrina mientras encendía las seis velas del círculo exterior—. Es un puente entre lo que fuiste, lo que eres… y lo que aún no comprendés.
—¿Cómo se entrena el alma? —pregunté, mi voz apenas un susurro.
—Muriendo… simbólicamente. Cruzando el umbral de tu sombra. Solo así el fuego real te obedecerá.
Cerré los ojos. Catrina colocó una gota de sangre sobre mi frente. Y entonces el mundo cayó.
Me encontré en u