Y para sellar la unión, él se limitó a besarme en la mejilla. ¡Le agradecí infinitamente que lo hiciera ahí y no en la boca como en la cena con sus padres! No obstante, mi teléfono comenzó a sonar. Me disculpé un momento mientras la familia se cernía alrededor de Barnaby y salí a la calle.
Ni siquiera vi el nombre en la pantalla, solo contesté. Tenía demasiados nervios e incluso esa llamada había sido una buena salida y respiro de lo que acababa de hacer.
—Te ves muy hermosa con ese vestido casual de novia.
Entorné los ojos.
—¿H-Hunter? —miré a todas partes con el corazón oprimido.
—Estoy justo en la esquina, ven. Camina en línea recta.
Me colgó. Maldita sea. Eché un vistazo a la puerta del edificio y después caminé en dirección a la esquina, donde Hunter Montgomery, supuestamente, estaba esperándome. Cuando llegué, doblé en la esquina y unos brazos cálidos me rodearon por detrás, haciéndome chillar del susto. Era él. Por supuesto que era él. Hunter. Mi Hunter.
—¿Qué haces aquí? ¿Cóm