Un par de días después, Clara se encontró en una situación difícil. Durante una reunión ese instante todo era posible.
con la editorial, se dio cuenta de que había cometido un error en su manuscrito, un descuido que la había llevado a la angustia. La ansiedad la invadió, y sintió que estaba a punto de desmoronarse, incapaz de asimilar lo que eso significaba para su carrera y su identidad como escritora.
Cuando llegó a casa, Lucas notó que algo no estaba bien. Su expresión era la de alguien que había sido golpeado por una tormenta, y eso lo preocupó.
—¿Qué te pasa? —preguntó, acercándose a ella con una mirada intensa de preocupación.
Clara dejó escapar un suspiro tembloroso, sintiendo que la presión en su pecho solo aumentaba. Se sentó en el sofá, sintiendo cómo la fatiga la envolvía.
—Tuve una reunión con la editorial y me di cuenta de que cometí un error en mi manuscrito. No sé si podré arreglarlo a tiempo —admitió Clara, sintiéndose derrotada y vulnerable.
Lucas se acercó y la abraz