Punto de vista de EscarlataEl sol de la mañana apenas asomaba cuando Sara entregó mi tercera carta. Observé a Luciano mientras la tomaba de su buzón con manos temblorosas.
Había pasado toda la noche en vela, caminando inquieto por nuestra habitación, atormentándose con recuerdos. Ahora se dejaba caer en la silla de su oficina mientras desdoblaba el papel con cuidado.
—Mi querido Luciano:
—Mientras escribo, siento que no me queda mucho tiempo. Cada día es precioso ahora, y lo único que quiero es pasar cada momento contigo.
—Hoy me contaste sobre el ritual de bendición que estás organizando. Me ilusioné por primera vez en mucho tiempo. Aunque ni ha comenzado, ya me siento mejor solo de saber que te importo lo suficiente como para intentarlo.
Sentí a través de nuestro vínculo cómo su respiración se entrecortaba, pues recordaba aquel ritual que había sido interrumpido por el dramático colapso de Lilia.
—Quizás la Diosa Luna será amable conmigo. Quizás me regalará un poco más de tiempo cont