POV de ADRIANA
No podía creer lo que estaba viendo. Mi corazón latía con fuerza mientras mis manos temblaban a los costados de mi cuerpo. Diego estaba ahí, discutiendo con Camila, y aunque intentaba escuchar lo que decían, mis propios pensamientos eran demasiado ruidosos para dejarme concentrar.
—¡No puedes hacerme esto, Diego! —gritó Camila, su voz llena de rabia y desesperación.
—Camila, ya basta —respondió él, con la mandíbula apretada—. No voy a seguir mintiéndome a mí mismo.
Mis piernas querían moverse, alejarme de esa escena, pero algo dentro de mí me obligaba a quedarme. Tal vez era la necesidad de escuchar, de entender lo que pasaba realmente entre ellos.
—¿Y ella? —Camila señaló en mi dirección, y aunque no pronunció mi nombre, su mirada me atravesó como una daga—. ¿Te vas a quedar con ella?
Diego giró la cabeza y me vio. Nuestros ojos se encontraron por un segundo que pareció eterno. Sentí cómo todo en mi interior se rompía y al mismo tiempo, cómo una chispa de esperanza nac