POV de DiegoLas luces de la ciudad se mezclaban mientras conducía, mis pensamientos girando en un agotador bucle. Había tomado una ruta diferente a casa, esperando que las calles tranquilas trajeran algo de calma a mi mente inquieta. En cambio, lo encontré.Al principio, parecía solo otro borracho tirado contra el frío concreto, pero al acercarme, el inconfundible contorno de su rostro apareció. Mi pecho se tensó. Era él: mi padre.Frené bruscamente, el chirrido de los frenos rasgando el aire nocturno. Por un momento, me quedé ahí, mirándolo en su forma desmoronada en la acera. Mil emociones se apoderaron de mí: enojo, lástima, tristeza, todas chocando en una tormenta que no estaba listo para enfrentar."Contrólate, Diego", murmuré, obligando al nudo en mi garganta a mantenerse abajo mientras salía del coche.Estaba tirado, su ropa desaliñada, su rostro relajado por la inconsciencia. El hedor del alcohol era abrumador y me revolvía el estómago. No era la primera vez que lo veía así, p
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