Parte 3...
— Está bien, Ana - asentí con la cabeza — Veo que contigo voy a tener algunas sorpresas. Solo espero que sean buenas - toqué debajo de su ojo — Voy a estar atento a ti, jovencita.
Ella rió y asintió con la cabeza.
— Está bien. Yo también estaré atenta a ti, joven.
Regresamos a mi apartamento. Hasta que tuvimos un día lleno de actividades. Abrí la puerta para que ella entrara.
— Gracias por la diversión - dijo, sentándose en el sofá y recostándose — Fue genial, nunca había tenido un día así, pero estoy cansada - se frotó la pierna.
— ¿Sientes dolor?
— No... Solo una molestia molesta que me incomoda. Estuve mucho tiempo de un lado a otro sin parar.
— Deberías habérmelo dicho. Soy agitado por naturaleza.
— Eso ya lo sabía. Te veo de un lado a otro y la gente te sigue - sonrió — Cuando la gente te ve llegar a la empresa, ya sabe que se acabó el descanso.
Me reí y me senté a su lado.
— Otávio me dijo que tomas medicamentos para el dolor. ¿Qué son?
Ella me explicó. Bá