*—Dominick:
Este era el momento.
Dominick inspiró hondo cuando las puertas del ascensor se abrieron con un suave ding. Ambos salieron al pasillo silencioso. Solo había dos apartamentos por piso y Callum se detuvo frente a la puerta de la derecha. Ese era el lugar donde vivía y detrás de esa puerta, sus amigos.
Después de pasar la tarde juntos en casa, haciendo el amor una y otra vez, disfrutando de la compañía del otro, habían tomado una decisión: dejar de correr. Era hora de enfrentar a quienes siempre habían estado para él. A quienes había mentido. A quienes había ocultado la verdad por tanto tiempo.
El teléfono de Callum, finalmente útil tras haberlo recargado, fue el medio con el que contactó a sus amigos. Les escribió. Les dijo que iría a cenar… y que no iría solo. Iba con Dominick.
Y ahora estaban allí. A segundos de revelar lo que habían mantenido oculto por meses.
Dominick miró a su omega. Callum estaba inmóvil frente a la puerta, temblando. Como si en vez de una cena c