*—Callum:
Entonces, luego de una larga charla sobre su vínculo y lo que conllevaba tratar de negarse a ello, vino la otra parte de lo sucedido en esos tres días: verificar que todo estuviera correctamente en él. El doctor le indicó que pasara a la parte de atrás del consultorio para hacerle una sonografía.
Callum asintió en silencio. Se despojó de la ropa y se colocó la bata desechable. Ya familiarizado con el procedimiento, se recostó sobre la camilla, con la tela delgada cubriéndolo apenas, y esperó. Podía oír el latido de su propio corazón en los oídos.
El doctor Tate y Dominick entraron poco después. Dominick fue directo hacia él y le tomó la mano con firmeza, en un gesto de apoyo que logró calmar parte del nerviosismo que lo atravesaba.
El médico se acomodó junto al ecógrafo, subiéndole la bata con cuidado hasta el pecho. El frío del gel sobre su abdomen le hizo estremecerse, y luego sintió el transductor presionando levemente su piel.
—En definitiva —dijo el doctor tras unos min