Capítulo 5 —El vivero
Narrador:
Sasha lo vio entrar al vivero y se le crisparon los hombros. Ni siquiera fingió cortesía. El aire se volvió denso, casi pegajoso. Su espacio, su refugio, su único rincón de paz, invadido por el único hombre capaz de destruirla con una sola palabra.
—No respondes los mensajes. Ni las llamadas —dijo él desde la entrada, con ese tono neutro que usaba cuando contenía todo —¿Vas a seguir con esta actitud infantil?
—Infantil es fingir que no pasó nada —replicó ella sin girarse, sin suavizar la voz —Infantil es hacer promesas y luego esconderte como un cobarde. —Eros cruzó el umbral y caminó hacia ella con paso firme. Sasha lo enfrentó con el cuerpo tenso, la mirada hecha fuego. —¿Qué carajos quieres, Eros?
—Hablar.
—Pues no quiero hablar contigo. Quédate con tu mal*dita lealtad, con tus silencios y con tu correa de perro obediente.
Él apretó la mandíbula. Sus ojos oscuros brillaban, pero aún se contenía.
—Sasha…
—¡Te odio! —le gritó —¡Te odio con cada parte de