La vieja loba Linet, sintió una gran pena por la bella joven que lloraba con tanto sentimiento, le insistió de nuevo en tomar la medicina para que se sintiera mejor
— ¿Cómo te llamas? dime cariño, ¿cuál es tu nombre?
— Me... me llamó Valentina Bianchi, soy arqueóloga, por favor señora no me vayan a vender a la trata de blancas, se lo suplico
— Por la diosa, querida, nadie aquí te va a vender a ninguna parte, tu eres especial, siento mucho que estés en contra de tu voluntad en la mansión, pero puedes confiar en que nadie va a hacerte daño, el joven Masherano, no lo permitiría
— ¿Quién? ¿el hombre que me trajo con él? señora es él quién me mantiene cautiva aquí ¿cómo puedo sentirme confiada en que no me hará daño?
— El joven Masherano no es tan malo como usted creé, él tiene sus motivos para hacer lo que hace, en lo que a usted respecta es un motivo muy especial, no la ha traído para lastimarla, se lo aseguro, ahora tómese los analgésicos, su cuerpo está lastimado, coma algo por favor