Cuando Angya estuvo vestida, fue a buscar a su hermana a su habitación, el Alfa Angelino la llevó allá.
— por fin puedo abrazarte Alejandra, quería buscarte desde hace mucho tiempo, ahora estamos juntas de nuevo y... Tenemos de pareja a dos hermanos, aunque... tu Alfa es muy aterrador.
— Estoy feliz de tenerte aquí, Leonardo quiere disculparse contigo por todos los gritos y gruñidos que lanzó, nunca antes te había visto y... nos confundió. ¿Cierto Leonardo?
— Lo siento, perdí el juicio cuando pensé que mi luna... Mi instinto más primitivo salió, es que eres tan parecida a ella.
— ¿Tenemos una tía? ¡Woaaaooo... tiene el mismo color de cabello que mamá, se parecen mucho!
Los cachorros interrumpían a los adultos, estaban muy sorprendidos y fascinados con la idea de tener una tía.
— ¿Ellos son tus cachorritos, Alejandra? Son muy lindos, se parecen mucho a su padre.
— ¿Cómo te llamas, tía? ¿Te gustan los cachorros? — Preguntaba el pequeño Lionel.
— ¡Alejense de mi l