La vida de los chicos estaba tomando un cambio positivo. Se acercaba el frío y la Navidad. Nicole esperaba ver como celebraban los irlandeses las fiestas. La chica tenía una costumbre y la empezó a aplicar en la mansión de su novio. Pintarlo todo para después adornarla. Ya tenía planeado una cena por Noche Buena y año viejo con su familia. Kylian estuvo de acuerdo con todo, solo que el Sacerdocio tenía familia y era probable que los visitaran días después.
Nicole estaba con Zeus y Selene en un centro comercial viendo los adornos de Navidad. Nicole quería comprar un pino enorme para la entrada de la mansión y dos más para la segunda y tercera planta.
—Quería ponerlo artificial porque casi nadie está en el segundo piso, pero no podría simplemente pasar por alto su rico aroma —le explicaba a Selene, que estaba muy ida—. ¿Me dirás que te pasa?
La pelinegra dejó de tocar uno de los árboles artificiales y le prestó atención.
—Nikolas aceptó la última voluntad de Daphne... —Nicole frunció