Al día siguiente, cuando Briana se levantó, pudo notar que Ethan estaba pegado a la ventana con el teléfono celular. Hablaba muy bajo, casi susurrando, pero notó que sus hombros estaban tensos.
Y en un segundo, se dio cuenta de que no habían vuelto a Maya.
Ella se miró desnuda, envuelta en una sábana y luego notó que eran las siete de la mañana.
—Entonces mañana a primera hora iré cuando reciba tu indicación… —Ethan finalizó la llamada y se giró para encontrarse con la mirada de Briana, algo sorprendida.
Trató de guardarse sus dudas aniquiladoras y pasó un trago para saludarla con sutileza.
—Buenos días… —ella asintió tratando de sonreír.
—Buenos días… no volvimos con Maya…
—Está bien, hace una hora llamé a casa… ¿Quieres volver ya?
Briana quería quedarse con él a solas, de eso no había dudas, pero asintió.
Ethan acortó la distancia y luego tomó su rostro.
—Dime cómo te sientes… —Briana alzó el rostro hacia él y se dio cuenta de que a Ethan le importaba sus pensamientos sobre lo que h