La atmósfera en "La Melodía Nocturna" se volvió tan densa que se podía cortar con un cuchillo.

Alaric no podía sacarse de la cabeza las palabras de Orion: "Aléjate de ella, y déjala ser libre de ti y de tus fantasmas".

La furia lo consumió. Se había escondido en su amargura, pero ahora Orion lo había expuesto.

A Orion no le importaba la furia en los ojos de Alaric. Sabía que sus palabras habían calado hondo.

Su única prioridad era mantener a Destiny, su pequeña hermana, lejos de ese hombre.

—Orion, te lo diré por última vez, porque aún te considero un amigo: no te inmiscuyas en lo que no te importa —espetó Alaric, su voz cortante como el cristal roto—. Ya te dije que te alejaras de mi esposa.

Orion sonrió con ironía. Era una sonrisa fría que no llegaba a sus ojos verdes.

—Tú eres el menos indicado para hablar, Alaric. Un hombre que se pasea con su amante no debe hablar de una mujer como si fuera su esposa.

La furia de Alaric estalló. Se levantó de golpe de la silla, haciendo que esta