—Destiny... no es lo que crees, Triana solo está confundida...
Era curioso ver a un hombre tan frío y magnánimo como Alaric Winter de aquella manera.
Para Destiny, aunque era doloroso saber que la amante de su esposo estaba embarazada, era algo que ya se esperaba desde hacía mucho tiempo.
Incluso durante sus años de abandono, Destiny imaginó el día en que su esposo algún día llegaría con un hijo en brazos de Triana Ayesa.
Al final, sí sucedería de aquella manera, por esa razón Destiny solo le dio una pequeña sonrisa y habló con un tono ameno.
—No importa, después de todo, cuando una pareja se ama, es todo lo que se puede esperar... —Aunque su voz sonaba distante y fría, las personas observaban a Destiny, cargadas de tristeza. No podían creer que una mujer tan desafortunada, pudiera tomarse las cosas como una dama. Una chica que se veía tan joven y hermosa, teniendo una vida tan difícil, era sin duda demasiado triste.
—Pobre señora Winter, ¿cómo puede una mujer tan descarada hacer algo