—Triana... —Alaric, un tanto sorprendido, no sabía cómo hablarle. Había procesado sus palabras, pero su mente se negaba a aceptarlas. Ella se alejó de la silla y fue directamente hacia él, sus ojos brillando con una luz que nunca había visto.
Triana sonrió, una expresión cargada de amor y descaro, y le habló de manera suave. —No tienes por qué sentirte mal por esto. Sé que ahora es complicado, Rick, pero no me importa. Haré cualquier cosa por ti, y sé que tú lo harías también sin dudar.
—Triana, no es eso, yo... —Alaric intentó hablar, pero ella lo interrumpió, su mano se posó delicadamente sobre la de él.
—Lo sé… Sé que eres un hombre que conserva su estatus, que no es fácil, pero te lo digo, yo estoy dispuesta a todo, incluso si me ven como una villana que quitó el esposo de otra. No me importa, porque te amo, te amo con todo mi corazón.
—Triana... —las palabras de Alaric sonaban en un susurro.
Aquel no podía creer lo que estaba escuchando. Estaba tan conmocionado.
Él conocía a Tria