En el exclusivo restaurante de la ciudad, el ambiente era tan tenso como el hilo de un violín a punto de romperse.

Triana Ayesa hablaba sin parar, su voz rebotando en el silencio cortante de Alaric Winter, quien solo la miraba con una expresión indescifrable.

Ella intentaba llenar el vacío con palabras sobre negocios, sobre su astucia y su supuesta habilidad para cerrar tratos.

—Entonces, mi padre, preocupado, me pidió que le ayudara con esa negociación, algo que más que gustosa hice. —Triana siempre solía mostrarse como una mujer incomparable en lo que significaba a los negocios, consideraba que aquello era lo que le gustaba a Alaric, aunque si le preguntaran, odiaba los negocios, jamás prestaba atención en las reuniones, y siempre dependía sin duda de sus secretarias.

—Rick, ¿qué haremos con el negocio en conjunto? Aún no hemos recibido una respuesta de tu parte, estamos algo nerviosos, aunque al final sabemos que no nos harías algo semejante como cortar lazos con nosotros, no conmi