—¿Qué se supone que hace, señor Winter? ¿Qué hacemos aquí? —Alaric hizo oídos sordos. El hotel donde se encontraban tenía un pequeño bar, uno en el que ahora se encontraban sentados frente a frente, mientras Destiny no podía creer aquel gesto.
—¿No me dirá qué hace señor Winter? —preguntó ella, visiblemente irritada.
—Hace un momento parecías más que complacida con el hecho de que te llevara en mis brazos. —Era más que obvio que ella lo había hecho para retar a Triana Ayesa, por lo menos eso pensaba Destiny, a lo que no comprendía por qué Alaric lo tomaba tan tranquilo e incluso parecía haberse prestado para ello.
—¿Qué no es obvio? Estoy pasando rato agradable al lado de mi esposa. —Aquello la sorprendió aún más, noto como le servían una copa de vino, sin siquiera preguntar, mientras Alaric le servían un vaso de whisky.
Destiny, con los ojos muy abiertos, observó frustrada al hombre y le habló en un tono cargado de maldad.
—Vaya, qué sorpresa. ¿De verdad usted piensa en mí como su es