“Llevo horas intentando contactarte ¿dónde estás?”
El teléfono de Triana Ayesa vibró en su mano.
Era Alaric, con un mensaje claramente molesto. No era el primero; desde el día anterior, él no había dejado de intentar comunicarse con ella.
Pero Triana lo ignoró, una risa silenciosa escapando de su garganta.
—¿Crees que voy a escuchar lo que me pides? Solo me escribes por ese maldito niño… —La voz, llena de resentimiento y molestia, salió con fuerza de la garganta de Triana, como si hubiese estado ahogando aquello por mucho tiempo.
Anteriormente, ella habría corrido a los brazos de Alaric, se había dicho a sí misma que era una excusa. Pero ya estaba cansada de ello, ahora haría las cosas de otra manera, había decidido tomar un camino más dinámico.
—Señorita… ¿Vamos camino a la residencia Winter? El chófer me ha dicho que al parecer el señor Winter ya consiguió una nueva residencia en la ciudad, donde se encuentra el joven amo… —La asistente de Triana habló en un tono apacible, uno que b