Sofía bajó del avión con la expresión serena de quien ha decidido no dejarse arrastrar por el pasado, pero con todas las intenciones de no dejar que eso se repita nuevamente.
El aire de la ciudad la recibió con una mezcla conocida de ruido y humedad, y por un instante pensó en dar media vuelta. No esperaba a nadie en la salida, así que cuando vio a Martín levantando la mano entre la multitud, su paso vaciló.
Él se acercó con una sonrisa tensa, de esas que se usan cuando no se sabe si se está haciendo lo correcto, no, como si hubiera hecho algo de lo que quizá podría arrepentirse.
—No sabía si ibas a venir —dijo él, tomando las maletas sin esperar permiso—. Clara me dijo que tu madre está… delicada. Pensé que tal vez querrías verla.
Sofía bajó la mirada, sin responder. Había tantas cosas que podría decirle, pero ninguna tenía sentido. Sabía que Martín no había actuado con malicia, pero le incomodaba que diera su contacto sin haber preguntado antes como una persona decente.
Aunque, al t