LUCIANA:
Andrew me sostiene con fuerza para no salir y acabar con esos malditos.
—Amor, sería un suicidio salir ahora mismos, es peligroso.
Me habla mi hombre por medio del link y todos permanecen alerta por si se me ocurre hacer algo más.
Tiempo más tarde escucho como se marchan todos en los caballos y la puerta de la pequeña casa es abierta.
—Ya pueden salir.
Escuchamos la cansada voz de Ana y salimos del sótano a toda velocidad.
—¿Cómo se encuentra señora Ana?
Soy la primera en salir y preguntarle.
—¿Ya no soy anciana?
Me pegunta alzando las cejas y ruedo los ojos.
—Eso ya no importa, permítame.
Digo mientras la reviso y observó que sangre mancha la tela de su vestido.
Arrugo la frente y miro a Andrew.
Necesito un balde de agua y un paño.
Este asiente y se retira a hacer lo que le pedí.
—Bruno, necesito que la ayudes a llegar a la cama por favor.
—No es necesario, yo puedo sola.
Trata de replicar, pero no le presto atención.
—Milena, necesito que me ayudes a limpiar su cuerpo y cam