Me levanté aproximadamente a las diez de la mañana para asegurarme de tener suficiente tiempo para hacerlo todo. Anoche mientras miraba a Sam dormir después de que me trajera a la cama, no podía dejar de pensar que tal vez yo también debería regalarle algo, recompensarle de algún modo todo lo que tiene que soportar por mi culpa. Pero ¿qué narices le regalo a alguien que lo tiene todo? Va a ser lo más complicado que vaya a hacer.
Mientras exprimía la naranja, y como por arte de magia di con la clave.
El regalo ideal. Recordé que papá me regaló uno cuando cumplí doce años. Aún lo conservo y me gusta mirarlo cuando lo echo de menos, así que me parece idóneo para Sam.
Tal como le gustan los valores sentimentales; algo que yo nunca entenderé.