Un sueño profundo había vencido al lobo Alfa y a su luna, ella estaba agotada emocionalmente y él no deseaba otra cosa que tenerla a su lado
— Temperace, en su descanso, se había abrazado al sedoso pelaje negro de Luken, en su interior el lobo estaba feliz, por fin había podido tocar a su mate
— La doctora fue despertando poco a poco, sus negras pestañas se movían como un par de mariposas, al ver el enorme lobo negro que había incluso doblado las patas de la cama, frente a ella, un grito de pánico se escuchó por toda la mansión
— Temperas, saltó fuera de la cama señalando a Luken ¿ qui... quién eres tú? ¿por qué estás en mi habitación? ¿has venido a comerme verdad? vas a matarme lo sé — la bella joven se dejó caer al piso llorando, ya no lo soportaba más — está bien, solo hazlo, alimentate de mí y liberarme de éste tormento
— Luken la miraba con tristeza, él jamás podría hacerle daño a su alma gemela, él la amaba con todo su corazón
— El lobo bajó de la cama y se acercó a Temperace, le