El cuarto de baño estaba tibio, los espejos estaban empañados debido al calor que desprendía el agua caliente de la bañera, el largo cabello castaño oscuro de Temperace mojaba su cintura y sus nalgas, estaba de pié dentro de la tina, sus regordetos senos y su monte venus estaba totalmente a la vista del deseoso lobo que parecía que en cualquier momento le saltaría encima
— La bella doctora, salpicó con agua al imponente lobo que no dejaba de mirarla — ¡¡¡largo de aquí, pervertido!!! — gritó Temperas cubriendo su cuerpo, rápidamente se dejó caer al alguna como una sirena que busca protegerse de un tiburón
— El Alfa reaccionó al fin, su mirada perdida en el cuerpo de su luna, regresó a la realidad, se dió la vuelta para salir de ahí gruñendo — ¡no soy un pervertido!¡ maldita mujer!
— Alexander estaba enfadado consigo mismo por lo que sintió al ver desnuda a su luna, eran tan fuerte las ganas de tomarla en sus brazos, hacerla suya y marcarla, él que siempre fue un lobo controlado y equi